Travesía textil - Argentina 2007


Durante los meses de octubre y noviembre del año 2007, tuve la gran fortuna de viajar a Argentina, para realizar una actualización en técnica textil. Todo ello fue posible gracias al programa de estímulos del Ministerio de Cultura de Colombia, quien en convenio con la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina, otorgan unas becas para pasantías artísticas en dicho país.

Con conocimiento previo del gran movimiento a nivel artístico, de diseño y de artistas textiles argentinas, como Laura Ferrando, Silke, Isabel Ditone entre otras, a quienes conocí durante la IV Bienal Internacional de Arte y Diseño Textil de la WTA celebrada en Costa Rica en el 2006, decidí presentar mi proyecto para adelantar estudios de “urdimbres suplementarias” en el Taller de Arte Textil LA RUECA de Graciela Szamrey.

Así inicia mi travesía, programada inicialmente para un mes, pero al estar allí me di cuenta que no sería suficiente tiempo, pues a medida que transcurrían los días me llegaba el run run de otras técnicas y otros lugares.

LA RUECA – en Córdoba

Al llegar todo estaba concertado. Mi aprendizaje estaría a cargo de Laura González y de Gachi y mi estadía a cargo de Beba Plana, quien se constituyó en mi ángel guardián.

Las chicas de la Rueca, llevaban meses trabajando en la Instalación ORO AZUL en la Ciudad de las Artes (megacentro de estudios en el que confluyen las escuelas artísticas: Conservatorio de Música, Bellas Artes, Artes Aplicadas, Cerámica y Teatro), proyecto en conjunto con los estudiantes de artes plásticas, danza, música y la Rueca, así que al día siguiente de mi arribo colaboré en la elaboración y montaje de las piezas textiles. La experiencia fue altamente enriquecedora, por ser la primera vez que formo parte de un colectivo interdisciplinario con una obra de tipo efímero y por el material empleado, pues el plástico es algo con lo que no suelo trabajar.






























La Rueca fue creada hace 34 años por Gachi, tejedora, maestra y amiga incansable. De martes a viernes abre sus puertas para la cita infaltable, en la que se entretejen hilos, texturas, abrazos de bienvenida, risas de complicidad. El tejido es el vehículo de creación y el pretexto para que las chicas se encuentren y den rienda suelta a su creatividad. El tapiz se convierte en el hijo que se forma lentamente y que refleja todos esos momentos que han rodeado el ir y venir de la trama, no solo de éste, sino de sus propias vidas.


LA RUECA – en Rosario

Claudia Goldín, es tejedora, psicóloga y fundadora de la Rueca (25 años de actividades). Realiza una importante labor a nivel de capacitación y de fomento de las técnicas precolombinas y contemporáneas. Acudí a sus clases buscando tipos de acabado usados por los tejedores Paracas y Moche. En su taller pude compartir y vivenciar un espacio muy rico, en el que interactúan mujeres y hombres (¡encontré tejedores!), jóvenes y adultos, de capacidades diferentes pero con una misma búsqueda. Allí escuché de una niña con discapacidad la frase “el tejido sanó mi espíritu”.

La ciudad de Rosario, además de ser la cuna de importantes músicos, también aloja una de las más importantes colecciones de todo el país de piezas textiles prehispánicas, en el Museo Histórico Provincial.

OTRAS ACTIVIDADES

En la compañía de Laura Ferrando visité el Centro Argentino de Arte Textil – CAAT en Buenos Aires, que recién cumplió 30 años. Es una asociación que reúne a los artistas, expone sus obras y divulga la información concerniente al sector.

Otras enseñanzas: Jornadas ACHY HUEN, en la Universidad de Córdoba, en donde aprendí Tejido Wichi, con Práscedes Maza. Clases de tejido mapuche con Beatriz Renard, en Río Ceballos.

ENCUENTROS – en Chile


Santiago de Chile está a 19 horas por carretera de Córdoba y el estar tan cerca era una tentación desde el inicio, así que preparé la mochila y viajé al encuentro de mi compañera de Redtextilia, Andrea Fischer.

Andrea y Soledad Hoces de la Guardia habían convocado artistas textiles a una reunión en la Universidad Católica de Chile, con motivo de socializar el proyecto de la Red y ponerlos al tanto del Comité Nacional de Conservación Textil. A la cita acudieron 33 creadores, quienes dejaron planteada la gran inquietud de consolidar el grupo país.

CONCLUYENDO…

Argentina y Chile tienen tanto que mostrar a nivel textil, que 2 meses ni 2 años serían suficientes para llegar a conocerlos.

Este premio de la beca me estimula y motiva a seguir más comprometida con mi oficio. Creo que crecí mucho a nivel de tejedora y de ser humano. El interactuar con tantas mujeres afines fue una experiencia hermosísima, pues no solo me nutrí de la técnica, también de sus historias de vida.

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